15 de Setiembre, Día de la Independencia

Cuando se habla del proceso de emancipación de un país, muchas veces entramos a un área gris de la historia. Debido a que es el punto de arranque de uno o más estados, este evento es tratado con todo el respeto que se merece por las autoridades de la nueva nación. Esto no es extraño en Europa ni en Asia, donde imperios coloniales han dado lugar a naciones poderosas (Turquía) o al resurgimiento de estados oprimidos (Polonia). Pero en América, el evento de independencia de nuestras naciones conlleva una gran diferencia con respecto al continente. Nuestra historia está entrelazada al Continente Europeo, por lo que los pocos años desde la emancipación son los únicos que podemos considerar propios de nuestra historia.

La debilidad del Reino de España, que había sufrido una brutal ocupación durante la Guerra de la Península, así como la división entre conservadores y liberales; dio valor a los diferentes grupos políticos secesionistas de América, que en cosa de unos pocos años comenzaron a proclamar su independencia. Argentina, Chile, Venezuela, Colombia y México iniciaron durante los siguientes diez años sus procesos de independencia; que conllevaron una lucha ardua, sangrienta y brutal; que a la postre destruiría el Imperio Español y pasaría a sus antiguas colonias al eje de influencia del Imperio Británico hasta finales del siglo XIX (más que todo por las deudas de la misma Guerra de Independencia).

En 1821, con el Plan de Iguala, Agustín de Iturbide proclamó oficialmente la Independencia de la Nueva España, lo que se transformaría en los Estados Unidos Mexicanos durante el siguiente siglo. Cuando la noticia llegó a Guatemala, tanto independentistas como conservadores sabían que los dados habían sido lanzados. Frente a un imponente Ejército Trigarante, la dividida Capitanía General de Guatemala quedaría sola, desprotegida y a la merced de un poderoso ejército sin esperanza de refuerzos de la madre patria.


Los acontecimientos lógicos se precipitaron con suma rapidez. Bajo la presión de los elementos liberales, el 9 de marzo de este año ocupa la capitanía general Gabino Gainza, un hombre anciano e indeciso, influenciable ante los acontecimientos que se presentaban. La agitación social que se produjo después de esto provocó que el capitán llamara a una reunión de notables para discutir sobre los pormenores de la independencia de toda la capitanía. El elocuente discurso de José Cecilio del Valle, quien redactaría el documento de independencia, conmovió y convenció a los indecisos sobre la necesidad de la independencia, pero que esta debía ser oída por todas las provincias para saber su criterio. Pero la presión popular (no se puede desestimar el poder de las masas) permitió que esta fuese proclamada el 15 de setiembre de 1821.
1. º Que siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del pueblo de Guatemala, i sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el señor jefe político la mande publicar, para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.
Art. 1 del Acta de Independencia.
Durante los años posteriores a la independencia, esta clausula provocaría grandes diferencias entre los países centroamericanos con respecto a su celebración. Porque debido a la presión popular en Guatemala, el señor del Valle especifico que  solo este pueblo era quien expresaba dicha voluntad. De esta forma, cuando el documento llegó a Costa Rica, era finales de octubre de 1821, y fue ratificado el 29 de octubre. Pero es innegable que sin el esfuerzo inicial de nuestros hermanos guatemaltecos, hubiese sido difícil dar el paso siguiente.


Para la dicha de toda Centroamérica (incluyendo Panamá y Belice que lo lograron posteriormente), la independencia se consiguió de forma pacífica. España no luchó por esta parte de su imperio tal como lo hizo por el sur y el norte. Pero todo el istmo pagó con sangre esta victoria pacífica. La Invasión del Imperio Mexicano, que perdió Chiapas para siempre de la memoria de Centroamérica y sumió al Salvador en una guerra triste y desagradable; es un episodio que nadie recuerda de nuestra independencia. Pero para Costa Rica, el evento fue decisivo por otra razón. En la Primera Guerra Civil del país, San Jose gano su derecho a ser la capital del país merced a su victoria en la Batalla en el Alto de Ochomogo en 1823. Aunque pasarían 12 años para confirmar su posición, este evento en la historia brindó al país una enorme estabilidad (a diferencia de la disputa de medio siglo entre León y Granada en Nicaragua), que le permitió formar el carácter de la nación, y su eterna orientación a la solución pacífica de los problemas.

En La Guerra del Borde Interno, muchas de las naciones que conforman la Alianza Unida de Planetas obtuvieron la independencia de la misma forma, regalada por los grandes poderes bajo la amenaza velada de terceros. Al igual que con Centroamérica, estas naciones no tuvieron que luchar por su derecho a convertirse en estados independientes sino hasta casi un siglo después. Porque aunque no hayamos pagado con sangre nuestro derecho a ser independientes, debemos estar dispuestos a luchar por nuestros derechos. Eso es algo que la sociedad ha olvidado, mientras observamos con indiferencia como se debilita nuestra democracia y quedamos en manos de quienes si tienen interés en nuestro estado. El precio de la libertad es la eterna vigilancia, y eso es algo que jamás debemos olvidar.


Compartir en Tumblr

0 comentarios:

Publicar un comentario