la salvaguarda del Borde InternoO Orelia, que no sucumbiste a tu nacimientoOrelia, la mejor de las hijas de la Libertad.Landeron, ciudad soltera, brillante y libre:Ningún engaño la sedujo, ninguna fuerza pudo domarlaY cuando ella escogió un compañerose comprometió al espacio entero.
Extracto de un poema de la general Myoko Nasegawa.
El mundo conocido como Orelia es en realidad un planeta húmedo y pantanoso. Las primeras sociedades y civilizaciones autóctonas del planeta lograron desarrollarse en dos de sus continentes, los cuales son vecinos entre sí gracias a un gran pantano conocido como La Gran Extensión. Hace más de cinco mil años, ocurrió una batalla en esta zona geográfica, en un valle profundo rodeado por montañas. Allí, en medio de los pantanos de Sempara, la ciudad-estado de Landeron logró la primera de una serie de grandes victorias que la transformaría en el poder político que gobierna a Orelia hasta ahora. Para los orelianos, La Batalla de Sempara es el génesis de su raza, desde el punto de vista político, cultural y morfológico.
Debido a que pudieron llegar por su cuenta al apogeo de su civilización varios siglos después, los orelianos se vieron disculpados de todos los problemas y arbitrariedades cometidas por los Homo superioris en el sector 446. Aunque fueron obligados a abrir sus fronteras, esta raza compartió sus conocimientos con ellos al igual que con los xenominanos, lo que les permitió tener una ventaja estratégica en el sector cuando estos partieron.
Tal como toda sociedad moderna, encontraron a su enemigo aglutinador en los forarms. En los siglos por venir la enemistad entre ambas razas definiría la forma del sector 446, así como la configuración del Borde Interno, el conocido y temido centro neurálgico de toda el área. En nombre de esta enemistad, los orelianos esclavizarían, someterían y reducirían a cuanto pueblo tuviese la desgracia de ponerse en frente, porque para su sociedad era prioritario mantener a su enemigo a raya. Las irezumis son fiel testimonio de lo lejos que pueden llegar para conseguir la mayor ventaja para su pueblo.
La sociedad oreliana es extremadamente analítica; poseen una gran habilidad para conspirar, voltear a sus enemigos los unos contra los otros y contra si mismos para conservar el equilibrio de su sociedad. Más de las veces han tenido a su enemigo tradicional contra la pared, pero con tal de conservar el equilibrio en el sector los han perdonado. Como una necesidad constante, en parte vanidad en parte soberbia, los orelianos han manipulado y cohercionado a todos los que lo rodean, incluyendo a sus más fieles aliados y a sus más odiados enemigos.
Tal como con la mayoría de las sociedades o personas que han jugado el juego del gato y el ratón (Imperio Bizantino y La República de Venecia como ejemplos históricos), esta sociedad siempre estará en peligro de que el juego se revierta en su contra. Pero esta clase de juegos ya es parte de su naturaleza y no pueden evitar jugarlo. Aunque lo que este en riesgo sean sus vidas.
Tal como con la mayoría de las sociedades o personas que han jugado el juego del gato y el ratón (Imperio Bizantino y La República de Venecia como ejemplos históricos), esta sociedad siempre estará en peligro de que el juego se revierta en su contra. Pero esta clase de juegos ya es parte de su naturaleza y no pueden evitar jugarlo. Aunque lo que este en riesgo sean sus vidas.
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