"Guadalcanal no es sólo el nombre de una isla en la historia militar japonesa. Es el nombre del cementerio del ejército japonés ".
Mayor General Kensaku Oda.
Corría el final del año 1942. La Campaña de Guadalcanal llevaba ya cuatro meses, donde los americanos y los japoneses habían jugado un desesperante juego del gato y el ratón por la posesión definitiva de la isla. Ya "La Ranura" había ganado su infame nombre del "Estrecho del Fondo de Hierro" por la cantidad de barcos de ambos bandos que se habían sacrificado en el intento de tomar la isla. Una y otra vez los japoneses intentaban expulsar a los americanos sin éxito, pero la marina se debilitaba por el aislamiento y la exposición; así como la ausencia de sueño por el dominio naval japones en las noches.
Luego de la Batalla de las Islas de Santa Cruz, donde americanos y japoneses se quedaron sin apoyo aéreo basado en portaaviones; el almirante Isoroku Yamamoto considero que era la oportunidad de la marina japonesa para asestar un duro golpe a los americanos. Con este efecto, dispuso de once barcos de transporte para transportar a siete mil infantes y dos acorazados (Hiei y Kirishima) para destuir el molesto Campo Henderson y permitir el desembarco seguro de esta fuerza. De esta forma, dos acorazados, un crucero ligero y catorce destructores al mando del almirante Hiroaki Abe cumplieron con esta orden el día 12 de noviembre de 1942.
El almirante William Halsey no tenía la intención de entregar las inmediaciones de Guadalcanal sin pelear. De esta forma, le ordenó a su subalterno el almirante Turner que dispusiese una fuerza de combate para detener a los japoneses en su intento. Los americanos separaron de su fuerza principal dos cruceros pesados, tres cruceros ligeros y ocho destructores para la tarea de detener a los japoneses. A cargo del almirante Callaghan desde el San Francisco, la fuerza se dispuso a esperar a los japoneses para enfrentarlos el valor y arrojo que ha caracterizado a la US Navy.
Primera Batalla de Guadalcanal
A la 1:25 de la mañana del 13 de noviembre de 1942, ambas fuerzas se tropezaron entre si en la casi total y completa oscuridad. Esto confundió a ambos almirantes, al japones porque no esperaba una fuerza de combate esperándolo en las inmediaciones y sus acorazados no estaban preparadas para enfrentarlos; a Callaghan porque esperaba cortarle la T a la Flota Japonesa pero no estaba colocado. Para cuando ambos dieron la orden de abrir fuego a la 1:48 am, las formaciones de ambas flotas se encontraban totalmente descordinadas, una vorágine de fuego y hierro se desató a lo largo del estrecho, conforme los rivales trataban de ganar la mano superior. En 40 minutos de fuego furioso, los americanos recibieron masivos daños, con toda su fuerza de cruceros fuera de combate así como la mayoría de sus destructores. Sin embargo, los japoneses no habían salido ilesos de la refriega, el acorazado Hiei había recibido un golpe que trabó su timón, evento que lo condenó a la hora de salir el sol.
Aunque tenía la oportunidad de terminar el combate y bombardear el campo aéreo con su acorazado sobreviviente, el almirante Abe decidió retirarse del área ante el amparo de la oscuridad debido a los daños sufridos por el resto de su flota. De esta forma, a la mañana siguiente los americanos quedaron dueños del campo en los alrededores de Guadalcanal, aunque mal heridos y maltrechos.
Intermedio
Durante los días 13 y 14 de noviembre, las fuerzas se mantuvieron ocupadas. El acorazado Hiei, el crucero Yudachi y el destructor Amatsukaze fueron hundidos por el poderío aéreo americano en las inmediaciones. A las 20:00 horas el crucero Juneau fue hundido por el I-26 mientras navegaba a reparar sus daños, lo que provocó una gran perdida entre su tripulación, incluyendo a los Hermanos Sullivan (de fama en Salvando al Soldado Ryan).
Como el Campo Henderson permanecía activo, el almirante Yamamoto asignó al almirante Gunichi Mikawa y su fuerza de cruceros deshabilitarlo durante la noche del 13 al 14, pero no logró su objetivo. Los transportes de tropas a las islas fueron atacados durante la mañana del 14, lo cual hizo comprender a los japoneses que a pesar de sus precauciones, no podrían deshabilitar el campo aéreo sin el uso de los acorazados. Para el 14, el Kirishima, dos cruceros pesados, dos cruceros ligeros y nueve destructores se armaron como fuerza de tareas con la misma misión que el 12 de noviembre, al mando del almirante Kondo.
Sin más recursos, el almirante Hasley separó a los acorazados South Dakota y al Washington con una escolta de cuatro destructores para proteger la isla. No se esperaba mucho de esta fuerza de tareas, armada a prisa donde sus hombres no habían tenido tiempo de entrenarse correctamente. Al mando del almirante Willis A. Lee se le encomendó proteger las aguas en torno a la isla.
Segunda Batalla de Guadalcanal
Confiado de no encontrar elementos navales americanos, el almirante Kondo dividió su fuerza de combate al entrar a las inmediaciones de Guadalcanal. Debido a la inexperiencia americana, ellos dispararon primero antes de colocar sus torpedos en el agua, lo que aviso a la fuerza japonesa. En sucesión rápida, los japoneses hundieron los cuatro destructores de escolta y para mala fortuna de los americanos el South Dakota sufrió una falla eléctrica que lo deshabilitó.
Confiado en la circunstancia, el almirante Kondo ordenó a su fuerza enfocarse en la nave averiada, e ignoró al Washington. Este error lo pagó muy caro, porque al ser confundido con un crucero, le permitió al segundo acorazado aproximarse al área y ocasionar un terrible daño al Kirishima y al destructor Ayanami, lo que averió el timón del primero y le impidió huir al amparo de la noche. Con la perdida de su segundo acorazado, los japoneses se retiraron del área y entregaron el área a los americanos.
Resultado
Al final de la jornada, los americanos no solo hundieron a las naves japonesas dañadas en las inmediaciones. Debido a que el Campo Henderson continuaba en actividad, a la mañana siguiente sus aparatos cazaron y destruyeron a la fuerza de transportes enviada a reforzar a las tropas japonesas en la isla. Luego de las reprimendas del caso, los japoneses comprendieron que no podrían volver a abastecer a sus fuerzas en la isla de forma normal, lo que a la postre llevaría al abandono de la isla y la retirada hacia las islas Marshall. Pero lo más significativo es que a partir de ese momento, los japoneses no podrían disputar el dominio del mar con los americanos. Ellos habían perdido la iniciativa en la guerra, y con la pérdida de este impulso también perdieron la guerra. Al final solo sería cuestión de tiempo para que esto se confirmara. Y el 2 de setiembre de 1945, esto se hizo realidad.
Las batallas del Pacífico fueron cruentas, pero admirables desde el punto de vista militar.
ResponderEliminarSi. Han pasado setenta años desde esas batallas, pero el pacífico fue el primer enfrentamiento de los americanos contra alguna potencia del Eje. Estas dos batallas en especial fueron sobrecogedoras, por lo cercano del encuentro y el nivel de pérdidas en ambos bandos. Al final gano el que podía reponer más rápido las pérdidas. :p
Eliminar