La Cantidad es una "cualidad" en si misma.
Tener bueno pero poco, no sirve.
Tener bastate, pero malo tampoco.
Se debe tener la cantidad adecuada con la calidad adecuada.
Iosif Stalin.
La Primera Guerra del Golfo Pérsico fue un evento que ocupó los titulares y la imaginación por buena parte de 1991 y 1992. Luego de años de tensa espera, Estados Unidos y sus aliados se lanzarían en contra de un agresor Irak, dominado por el bárbaro y brutal dictador Sadam Hussein. Un egolatra, autocomplaciente y descarado gobernante absoluto de Irak, había transformado a su país en una potencia regional; con el cuarto ejército del mundo, afilado en batalla luego de ocho años de guerra contra Irán, con una impresionante fuerza aérea y armas químicas, amenazaba el área más productiva de petroleo. Luego de anexar Kuwait y recibir con eso el desprecio del globo, tanto China como la Unión Soviética voltearon sus espaldas al dictador, tras lo cual la el ejército de la gran superpotencia alisto sus músculos y se lanzó contra su enemigo.
Para la sorpresa del mundo, fue una guerra rápida. La "Madre de Todas las Guerra" duró cuatro días en sus operaciones terrestres, donde el mundo asombrado observó como el titán del norte aplastaba con su puño al ejército iraqui. Las escenas de la Carretera de la Muerte hicieron comprender a todos los que veían las imágenes que no existía forma de oponerse o escapar del ejército más poderoso del mundo; así como mostraban que el equipo y el entrenamiento del ejército americano era superior a todo lo que pudiese ofrecerle el mundo. ¿O no lo era?
La Guerra en Chechenía demostró que lo observado en la Guerra del Golfo era una ilusión. Contemplada con mucho interés, los enfrentamientos entre los tanques T-72 nativos y rusos demostró una realidad inquietante. Los tanques rusos eran mucho más resistentes y versátiles que los que el ejército americano enfrentó en el Golfo Pérsico. Y sus rondas antitanques eran inquietantemente más poderosas. ¿En donde había fallado la inteligencia? No, los rusos volvieron a jugar a esconder sus adelantos por medio de sus modelos de exportación para sus aliados.
Las variantes para los modelos de exportación soviéticos son versiones de equipos militares soviéticos de inferior calidad a los originales, que son exclusivamente para exportación. Estas exportaciones poseen la misma denominación que sus modelos originales, pero carecen de muchos de los más avanzados o los más costosos equipos originales con los que fueron diseñados. El desempeño y las capacidades de estos modelos pueden encontrarse tan degradados que no representan de ninguna forma el desempeño del modelo original.
La razón por la cual la antigua Unión Soviética construyo dichos modelos es variada. En primer lugar, es una forma barata y rápida de reemplazar las pérdidas en combate, en el caso de un futuro enfrentamiento contra occidente. En segundo lugar, al ser exportado a sus aliados por el mundo, en caso de ser capturados, sus enemigos tendrían información incorrecta sobre las capacidades del equipo.
En el caso del sector 446, el Dominio Kumpala practica este antiguo arte de desinformación con el Reino Irezumi. Aunque ha entregado la mayor parte de su producción de modelos Kroesner de la A a la C, muchas de las comodidades y equipos más costosos de los modelos fueron extraídos; y fueron introducidos elementos de control en caso de que las irezumis deseasen usar sus equipos en su contra. El Reino conoce de esto y por su cuenta se ha dado a la tarea de mejorar las estrategias y la práctica, así como llevar a cabo constantes revisiones de los componentes físicos y lógicos de las naves para garantizar su fidelidad en combate. Esto en parte explica las razones por las cuales la Flota Irezumi toma riesgos radicales en el combate, para optimizar la capacidad de su equipo y negarle al enemigo sus ventajas por usar equipo nativo. Esto le permite a las irezumis sacar el mejor provecho de los modelos inferiores que se han visto obligadas a usar al principio de la Guerra del Borde Interno.
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